La familiar y la pareja, a mi modo de ver, es entendida como un sistema de interacciones, en la medida en que mi cambio influye a la otra persona y por tanto yo cambio y la otra persona me cambia a mí. Así, en una pareja, mi pareja incorpora en mí aprendizajes y formas distintas de vivir o ver la vida; al igual que el padre o la madre incorpora cosas en el hijo o la hija y viceversa.
Todo esto parte de la idea de que la persona es un sujeto activo, en constante cambio, que se ve influido no solamente por lo que le ocurre internamente sino que le afecta lo que le ocurra externamente.
Lo que nos lleva a consulta probablemente tan solo sea el pico del iceberg, y tendremos que explorar lo que subyace para poder comprender y valorar lo que hay más profundamente. Y con esto partiremos de la base de que un entorno, ya sea el familiar o el de la pareja, debe ser descrito por la cantidad y calidad de las actividades, el tipo de relaciones y su calidad, y los roles que cada persona adopta tanto dentro como fuera de la familia o relación, pues la variedad y riqueza es lo que más marca tu vida.
La mediación es una alternativa a la forma tradicional de acudir a la justicia en busca de solución. La solución no viene dada del exterior, sino que la realizan las propias partes en conflicto con la ayuda de un tercero imparcial, el mediador, que trata de ayudarles para que éstas consigan acuerdos consensuados que les permitan una salida pacífica de la situación conflictiva.
En España, la mediación se ha desarrollado en el ámbito familiar con la aprobación y puesta en marcha (Septiembre de 1990), por parte del Ministerio de Asuntos Sociales, del primer programa público de mediación para las parejas que van a iniciar la separación o el divorcio (Bernal, 1992a).
Funciones del Mediador:
La mediación proporciona una forma racional de resolver aquellos conflictos que tienen difícil solución o representan un coste elevado para los ciudadanos y para la sociedad. La relevancia que las relaciones interpersonales tienen en todo proceso conflictivo hace necesario una intervención no exclusivamente legal, basada en un enfoque interdisciplinar y que la mediación propicia. Igualmente la mediación favorece la comunicación entre las partes y la consolidación de los acuerdos. La mediación así entendida, favorece la libertad y la responsabilidad de las personas y se inscribe en un proceso de democratización de la vida social, aceptando la diversidad y regulando los conflictos desde una óptica pacífica (Bernal, 1994).
En casos de acuerdos para separaciones y divorcios cuento con la colaboración de Omayra Serrano, abogada especializada en Derecho de Familia, y Mediaciones Familiares.
Dentro de la Mediación Familiar, también se puede desarrollar el Asesoramiento Familiar, cuya finalidad es la de crear una línea de apoyo al desarrollo integral del hijo/a. Además, se interviene para la mejora de las relaciones sociales y familiares, así como la colaboración efectiva entre familias y educadores, promoviendo la participación familiar en la comunidad educativa, así como en los programas, proyectos y actuaciones que el profesional de la psicología educativa desarrolle.
Algunas de mis líneas de intervención son las siguientes: