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¿Cómo son las emociones para lxs niñxs?


Expresar: se hace siempre, independientemente de la edad.

Cuando observamos la expresión de un o una bebé, resulta fácilmente identificable cómo sus expresiones faciales nos ayudan a comprender lo que necesitan o lo que pueden estar sintiendo. Ejemplo podrían ser desde el llanto para expresar cuando tienen hambre, sorpresa cuando abren los ojos al escuchar un ruido inesperado, o sonrisa cuando expresan alegría por una canción que reconocen y les agrada. Podemos así afirmar que nacemos con emociones.

Siempre se habla de ese valor adaptativo que tienen todas y cada una de las emociones, y debiéramos añadir a esa función adaptativa la función supervivencial, tanto para la propia persona como para las personas que no cuidan y crían cuando todavía somos “dependientes”. De esta manera, nuestra expresión emocional o la suya cuando son bebés, puede comprenderse y traducirse en la posible necesidad de, en este caso, el o la menor.

Posteriormente, estas emociones van evolucionando y vamos aprendiendo a reconocer y nombrarlas, e intentar, poco a poco, regular la emoción, de acuerdo a los patrones que vamos adquiriendo en base a las normas sociales o familiares, en definitiva, a través de la educación y sobre todo de la observación.

Una fase clave en la comprensión emocional durante el desarrollo evolutivo infantil se la debemos al desarrollo de la Teoría de la Mente.

La Teoría de la Mente implica el proceso de comprender no solo sus propias emociones sino las emociones ajenas: lo que hoy en día conocemos como empatía. La empatía es un proceso complejo, que va ligado tanto de emociones, como de intenciones, creencias y posibles deseos de las otras personas. Me parece interesantísimo conocer más sobre la teoría para así comprender el mundo infantil. Gracias a la Teoría de la Mente, a partir de los seis años de edad, los y las menores comprenden las bases de la mentira, del fingir, y sobre todo del control de sus emociones para no causar daño emocional en otros/as, porque se vuelven conscientes de que, al igual que ellos y ellas las comprenden, las otras personas también.

A partir de este momento, resulta importante destacar que las emociones inicial e indirectamente las clasificamos como “bien” o “mal”. Es así como enseñamos y educamos a responder: te has portado bien, esto lo has hecho mal, pegar está mal y se siente mal por haberlo hecho… y poco a poco se va desarrollando el lenguaje que se emplea para expresar verbalmente una emoción.

 

Patricia Flor

Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213

Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor

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