¿Cómo es el estigma social en personas con problemas de salud mental?
Los psicólogos y psicólogas siempre se han asociado con trastornos psicológicos, o más concretamente “loqueros/as”.
Afortunadamente, actualmente el estigma ha disminuido. De cualquier manera, todavía está ahí, y ello podría condicionar a una persona a que no quiera exponerse asistir a salud mental.
Hablar problemas de salud mental puede ser clave para eliminar ese estigma, atendiendo a que cuanto más temprana sea la intervención, mayor efectividad y pronóstico. Recientemente se ha publicado el informe en salud mental publicado por la Universidad Complutense de Madrid, y estas son algunas de las conclusiones principales extraídas de este:
- El 21% de las personas encuestadas reconoce tener o haber tenido problemas de salud mental alguna vez en su vida.
- Cuando se trata de una problemática de salud mental propia, los encuestados señalan que tienden, especialmente, a hablar de ello con personas en las que confían (amigos/as, compañeros/as de trabajo, etc.) y, en caso de hacerlo de forma profesional, mencionan de forma prioritaria a los/as profesionales de la Psicología.
- Por otro lado, aún hoy día, el lenguaje utilizado para referirse a las personas con problemas de salud mental continúa siendo estigmatizante y poco inclusivo, y muestra la confusión entre trastorno mental y discapacidad intelectual (por ej., uso de términos como locos, enfermos, incapacitados/as mentales, retrasados/as, discapacitados/as, etc.).
- A pesar de que el 78% de la muestra reconoce la necesidad de ofrecer más información sobre los problemas de salud mental, y de la, cada vez mayor, concienciación sobre la necesidad de un cuidado y conocimiento más amplio en este ámbito de la salud de cara a reducir el estigma, los autores del informe consideran paradójico que “a nivel estatal se destinen importantes inversiones en campañas de sensibilización y modificaciones legislativas en otros ámbitos importantes como la seguridad vial, cuyo impacto social es evidente, pero no se destinen esos mismos esfuerzos a lo que tiene que ver con la salud mental que provoca sufrimiento personal, carga familiar, pérdidas laborales y, lo más importante, pérdida de vidas humanas similares a otros trastornos y enfermedades que tienen un mayor esfuerzo económico y social.”
- En lo referente a la distancia social como indicador clave del estigma, los datos indican que un 44,4% muestra una intención media-baja de acercamiento a las personas con un problema de salud mental. Mientras que un 65% de las personas entrevistadas rechaza vivir con una persona diagnosticada con un trastorno mental, 1 de cada 3 no mantendría una amistad con ella, y un 40% manifiesta que no les gustaría que sus hijos/as se relacionasen con personas con problemas de salud mental. No obstante, un 55,6% sí está dispuesto a tener un contacto más cercano con estas personas.
Se puede acceder al informe completo aquí:
Patricia Flor
Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213
Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor
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