El famoso síndrome post vacacional… ¿es real?
Seguro que habéis escuchado hablar del famoso síndrome post vacacional. A la pregunta de si es real: SÍ, es real. Existe una sensación de depresión o ansiedad cuando finalizan las vacaciones, disfrutar del tiempo libre, sin presión, sin obligaciones (o al menos menos estrés o responsabilidad…). Y es que aunque no está catalogada como una enfermedad, si es cierto que produce sintomatología característica. Es por ello que vamos a hablar de adaptación: este sería el objetivo, o mejor dicho, readaptarnos de nuevo a la rutina.
Es muy bonito e idílico cuando se habla de adaptarse a la rutina de forma progresiva; sin embargo esto en la realidad resulta utópico. ¿Cómo podemos pues facilitarnos la adaptación al trabajo?
- Empezar de manera gradual con la intensidad del trabajo, de menos a más intensidad, intentando comenzar por las tareas más simples o más gratas.
- Plantear los problemas laborales del modo más simple y esencial posible.
- Seleccionar aquellas actividades que podemos llevar a cabo, y delegar aquellas para las que no estamos tan preparados en el momento actual.
- Al llegar al trabajo, no empezar la actividad de modo brusco e intenso, es bueno compartir las experiencias vacacionales con los compañeros y compañeras y así crear un buen ambiente de inicio laboral.
- Mantener reuniones relajadas de inicio de ciclo, para definir y detallar los objetivos para el período que se inicia, los medios y las expectativas del equipo.
- No empezar “llevándose el trabajo a casa”.
- Dormir adecuadamente, alrededor de las ocho horas.
- Mantener horarios regulares tanto durante el día como en las horas de acostarse y levantarse.
- Practicar ejercicio físico moderado diario.
¡¡Y no olvides buscar recompensas!!
Es importante tener en cuenta que si la sintomatología y el malestar se perpetua en el tiempo y llega a interferir de manera significativa en parámetros de vuestro día a día, podríamos estar hablando de ansiedad no adaptativa y requiera de una valoración. Si la ansiedad persiste o va en aumento impidiendo desarrollar acciones corrientes del día a día, es conveniente que un profesional de la psicología colegiado, realice una valoración pormenorizada que determine si existe un problema o trastorno de ansiedad y en qué grado. Un asesoramiento a tiempo, una intervención planificada siempre evitará una cronificación del problema y una mejora del bienestar emocional.