La ciencia de la felicidad
Llega Navidad y con ello la asunción de que todo tiene que ser mega feliz y bonito cuando la realidad es que no siempre ocurre así. Sin embargo, ¿estamos siempre felices? ¿Debemos estarlo? ¿Qué es la felicidad? De acuerdo a la psicología actual, la felicidad parte de la alegría y la alegría es una emoción que podemos sentir en un momento u otro, pero lo estable es el estado anímico, por lo que la felicidad puede entenderse más bien como bienestar individual y/o felicidad subjetiva. Esta felicidad sería definida como experiencias de afecto positivo frecuentes (e.g., alegría, placer, amor), experiencias de afecto negativo infrecuentes (e.g., tristeza, ansiedad, dolor); y altos niveles de satisfacción vital, entendido como la evaluación cognitiva global de cómo valora su vida una persona.
Todo esto está genial, pero… ¿de qué sirve estar y ser feliz?
Vaya pregunta, pues parece tan obvia… Pero, ¿lo es? Podría decirse que en el ámbito social, las personas felices tienen más amigos, están más satisfechos con sus relaciones sociales, son más cooperativos y están dispuestos a ayudar a otras personas, y además tienen menos probabilidades de divorciarse. ¿Se puede aprender a ser felices? Existe una idea preconcebida de que las personas que son pesimistas lo seguirán siendo, y esto se tiende a decir que es así, de acuerdo a Lyubomirsky (2005), debido a la genética (características de personalidad muy estables como extraversión y neuroticismo), las circunstancias de la vida o estilo de vida de la persona, o la actividad y actitud de la persona. Ahora yo me pregunto lo siguiente: ¿alguno de esos motivos puede cambiarse? La actividad intencional o las acciones concretas en las que nos implicamos de forma voluntaria permiten un espacio extenso para el cambio y la mejora de la felicidad. Hay otro detalle que va a incluirnos, y esto es las hormonas de las felicidad, ¿la conoces? Las cuatro hormonas asociadas con la sensación de felicidad y bienestar son: serotonina (asociada al sentimiento de bienestar, provoca sensaciones relajantes, ayuda a mejorar la concentración y la autoestima. Además, unos niveles adecuados de serotonina pueden contribuir a una sensación de calma, felicidad y satisfacción), dopamina (asociada al sentimiento de bienestar, provoca sensaciones relajantes, ayuda a mejorar la concentración y la autoestima. Además, unos niveles adecuados de serotonina pueden contribuir a una sensación de calma, felicidad y satisfacción), oxitocina (asociada al sentimiento de bienestar, provoca sensaciones relajantes, ayuda a mejorar la concentración y la autoestima, y pueden contribuir a una sensación de calma, felicidad y satisfacción) y las endorfinas (se liberan en situaciones de dolor o estrés, y que ayudan a reducir el dolor y a generar una sensación de bienestar).
¿Cómo podemos activar estas hormonas de manera natural? Muévete, ten una rutina diaria, dieta equilibrada con alimentos ricos en triptófano (pavo, pollo, huevos, queso, pescado, nueces y semillas, tofu y legumbres), descanso y vida social (saludable, ojo), medita o haz yoga, realiza actividades que te gusten, 10 minutos al solete, date un masaje de vez en cuando, da muchos abrazos, come chocolate negro, baila, camina, escucha música… Si es que quien no se siente feliz es por que no quiere (por así decirlo). Y ahora que se acerca la Navidad… ¿y si regalamos felicidad?
En conclusión: es más importante las pequeñas cosas que vamos haciendo que las grandes.