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Las fases que no conoces de una ruptura…


Rupturas pueden haber de muchas manera. 

Sea de la forma que sea (si es bien mediante un divorcio o una separación), la ruptura implica un cambio en el establecimiento del vínculo o relación que tenías con la otra persona. Las rupturas se encuentran envueltas en muchos procesos, no solamente el psicológico o emocional, sino también implica cambio sociales, e incluso legales y económicos. Resulta evidente indicar que, como todo cambio, esto requiere un esfuerzo que vamos a llamar demanda. Cuanta mayor demanda y menores recursos percibamos para responder a esa demanda, mayor estrés. El ajuste o éxito con el cual cada individuo podrá sobreponerse a estos estresores dependerá de la activación de factores de protección o de vulnerabilidad (Sbarra, Hasselmo y Bourassa, 2015).

Las etapas de un proceso de ruptura se agrupan en tres bloques:

preruptura o predivorcio (antes de la separación), ruptura o divorcio (durante la separación) y postruptura o postdivorcio (después de la separación) (Sureda Camps, 2007).

Preruptura o Predivorcio

Es una etapa de deliberación, donde los sentimientos de desilusión e insatisfacción conducen al distanciamiento. La indecisión se manifiesta mediante conductas tendentes a evitar la ruptura y pensamientos dirigidos a reducir las exigencias respecto a la relación, y una exageración de las consecuencias de la ruptura en otras personas como pudieran ser los hijos e hijas. Las parejas consiguen mantenerse durante mucho tiempo aunque abandonando toda relación como pareja.

Este periodo de deliberación se puede dividir a su vez en dos etapas: a) Pensando en la ruptura, y b) Planeando la ruptura.

Durante la ruptura

Es la fase de instrumentalización. Cuando la decisión de romper la relación está tomada, ésta es a menudo unipersonal, no aceptada por la otra parte. En los datos publicados por el INE sobre la presentación de la demanda en 2012, en el 48,0% de los casos fue presentada por ambos cónyuges, en el 29,6% por la esposa y en el 22,4% por el esposo. La persona que decide interpretar el cambio como positivo, hace esfuerzos para que el cambio se produzca. Los sentimientos de inseguridad e incomodidad con la situación, de incapacidad y necesidad de ponerse a prueba, el sentimiento de confusión, de agresión y necesidad de defenderse, conducen a las personas a centrarse en el pasado, en lo negativo, en lo imposible. Esta forma de interpretar lo que acontece, les hace no tener en cuenta el punto de vista de la otra parte, aferrarse a sus posturas, y tratarla de forma despectiva.

Postruptura o Postdivorcio

Es la fase de desvinculación, que implica la aceptación de la realidad de la separación y la superación de posibles fantasías de reconciliación. Esta etapa conlleva problemas relativos al ajuste a la nueva situación, aunque también puede seguir siendo una continuación de los problemas mencionados, cuando la ruptura no se ha producido de manera adecuada, y la negativa de una parte a aceptar la ruptura y a asumir la responsabilidad en dicha ruptura siguen presidiendo la vida de ambos. En esta etapa acostumbra a restablecerse la autoestima. Asimismo se trata de una fase de reestructuración personal y/o familiar.

Sea como sea, suele ser un proceso personal que conduce a aceptar la nueva realidad. Incluye el sentimiento de distanciamiento o vacío emocional que le sucede a las dos partes, dentro de la relación que se está disolviendo. Y finalmente lograr llegar al restablecimiento de una autonomía personal.

 

Patricia Flor

Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213

Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor

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Sbarra, D. A., Hasselmo, K., & Bourassa, K. J. (2015). Divorce and Health: Beyond Individual Differences. Current directions in psychological science, 24(2), 109–113. https://doi.org/10.1177/0963721414559125
Camps, M. S. (2007). Cómo afrontar el divorcio. Guía para padres y educadores. WK Educación.