La Soledad como una Nueva Forma de Vida
Ya no me resulta extraño que alguien me diga: “Patri, no tengo gente con la que salir. Están ocupados, no tienen tiempo, o directamente no me aportan lo que necesito”.
La soledad es un problema que crece yo diría que en cualquier etapa de la vida. Si comparamos respecto a culturas, hay culturas que mantienen mucho más las distancias que otras. Por ejemplo, China o Estados Unidos. España es, aparentemente, una cultura que no relacionaríamos con la soledad, aún así, también está empezando a ser una situación agravante.
Parece que no estemos adentrando cada vez más en una cultura donde priorizamos la competición, los intereses personales, y el individualismo. El yo. El egoísmo. El compromiso conmigo mismo, y así evito que me hagan daño o que me pase algo que pueda hacerme daño. Una sociedad que hace parecer que el tiempo pasa más rápido, tanto que “no tenemos tiempo” ni de pararnos a conocer a gente, prestar la atención que necesita, ni siquiera sabemos cómo se llama la vecina de al lado. Las relaciones se vuelven efímeras, priorizamos nuestro bienestar y acabamos desconectados de nuestras emociones.
Vale, estoy pintándolo muy negativo porque tal vez sesgue mi opinión hacia una vida más social, desde la preocupación y la solidaridad, altruismo y ayuda al prójimo. Pero también es cierto que una mayor soledad se relaciona con mayores índices de problemas de depresión y ansiedad (que son problemas con los que me encuentro frecuentemente en consulta).
Aspectos positivos de tener predisposición para vivir en soledad, entendiendo esto a estar sin pareja, tal vez sea que nos podemos autoconocer mejor, saber qué es lo que nos gusta y qué no, siendo conscientes de que si en algún momento empezamos una relación con otra persona tenemos que ser conscientes de ser flexibles y adaptativos a las nuevas condiciones de dos personas y no como persona única.
Patricia Flor
Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213
Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor